Actinia Equina

Actinia equina (Linnaeus, 1758)

Nombre común: tomate de mar, anémona de mar, anémona del Mar Rojo.

Nombre en catalán: tomàquet de mar, tomàtiga de mar.

Nombre en inglés: beadlet anemone.

Descripción

Presenta un cuerpo cilíndrico, si bien en condiciones adversas éste puede contraerse y adoptar una forma redondeada que se asemeja a la de un tomate.

En su base se encuentra el disco pedal, que permite una cierta locomoción del animal; mientras que en el extremo apical se encuentra el disco oral, que aloja la boca y se encuentra rodeado por tentáculos provistos de células urticantes (cnidocitos).

Su coloración varía del rojo intenso al verde o morado.

Se han observado diferencias morfológicas entre las variedades rojas y las marronosas, siendo las más destacables el tamaño y el número de tentáculos.

Las variedades rojas contienen 192 tentáculos alrededor de la boca, mientras que las marronosas contienen 124, todos ellos distribuidos a lo largo de seis círculos alrededor del disco oral.

Actualmente se discute si realmente estas diferencias corresponden a variedades, subespecies o, incluso, a nuevas especies.

Tamaño

La “variedad” roja alcanza los 7 cm de altura, mientras que la “variedad” marronosa tan solo alcanza los 3 cm.

Posibles confusiones

Se puede confundir con otras especies del género Actinia, destacando A. cari, la cual se diferencia porque es de color verde y su cuerpo está recubierto en su totalidad por estrías concéntricas.

Otra especie que puede dar lugar a confusiones es la anémona de fresa (A. fragacea), de forma más rechoncha y con una coloración rojiza recubierta con manchas verdosas.

Biología

Se encuentran, sobretodo, entre las grietas de las rocas con los tentáculos desplegados para capturar a sus presas, que suelen ser pequeños peces, crustáceos y moluscos.

Los tentáculos poseen cnidocitos que inyectan sustancias que paralizan a sus presas mientras la anémona las va arrastrando hasta su boca.

Cuando la marea es baja, pueden replegar los tentáculos para atrapar agua de mar que les permita sobrevivir hasta que vuelva a subir la marea, dándole la apariencia de un tomate (de ahí su nombre común).

Son muy territoriales, no permitiendo que se aproximen a ellas individuos de su misma especie, para ello, disponen de sacos urticantes de color azulado por debajo de la primera línea de tentáculos, si los tentáculos de dos anémonas entran en contacto, pueden entrar en confrontación hasta que uno de los individuos se retire.

Al igual que otras anémonas, presentan tanto reproducción asexual como sexual, encontrándose individuos tanto unisexuales como hermafroditas en algunos casos.

Su estado de conservación no se encuentra evaluado (NE).

Picadura del tomate de mar

Los cnidocitos de A. equina atraviesan la piel más fácilmente que otras especies de anémonas mediterráneas como la anémona común (Anemonia sulcata).

Los signos y síntomas de una picadura de A. equina son similares a las de otras especies de anémonas de nuestra latitud, que incluyen escozor y enrojecimiento de la zona afectada.

En caso de picadura, se recomienda eliminar con pinzas cualquier resto de tentáculo que pudiera haber quedado en la zona afectada y aplicar vinagre para neutralizar la mayor cantidad de veneno posible.

Se recomienda desinfectar la zona hasta su total curación, pues al quedar heridas abiertas existe riesgo de infección. En algunos casos graves, incluso, se debe recurrir al uso de antihistamínicos para rebajar los síntomas.

Clonación

Al igual de otras anémonas, A. equina puede reproducirse tanto de manera sexual como asexual pudiendo emplear tres métodos diferentes:

• Gemación: se da entre los espacios que hay entre tentáculos, donde pueden desarrollarse nuevos individuos a partir de yemas latentes, que se separan del individuo progenitor al acabar de formarse.
• Laceración pedal: se origina a partir de fragmentos desprendidos del disco pedal durante el desplazamiento, que pueden desarrollarse hacia nuevos individuos.
• Escisión: se lleva a cabo por división del individuo progenitor en el plano transversal o longitudinal, de tal manera que ambos fragmentos generan un individuo.

En todos los casos los descendientes serán genéticamente idénticos al individuo progenitor.

Hábitat y distribución

Se la puede encontrar en zonas rocosas, escondidas entre las grietas que se forman entre las mismas.

Son muy frecuentes en la zona intermareal y pueden encontrarse hasta los veinte metros de profundidad.

Se encuentran distribuidas por todo el Atlántico, incluyendo desde el frío Atlántico Norte hasta el Mar Mediterráneo, así mismo, pueden ser encontradas por los océanos Índico y Pacífico, así como en el Mar Rojo.